viernes, 31 de mayo de 2013

UNA DE GENIOS Y LAMPARAS



Érase una vez, un joven llamado Pedro, que salió a dar un paseo.

Mientras caminaba por la Rambla Marina se encontró una especie de lámpara de aceite.

-Oh dios mío, si parece una lámpara maravillosa. ¿si la froto saldra un genio?
Pues si, mira tu por donde, apareció un genio y le dijo:

-Pedro, voy a concederte todos tus deseos.
-¿Todos? Tenia entendido que solo eran tres.
-El tres es orientativo. Hombre, todos, todos, no. Unos cuantos.
-¿no puedes ser mas especifico?- Pregunto nuestro heroe.-Ajusta un poco.
-pues mas o menos, hasta que deje de interesarme el tema. Pero tranquilo, nadie pide mas de tres o cuatro, por ahí van a ir las cosas…

Pedro estaba muy nervioso. ¿Qué pedir? ¿Dinero? ¿Fama?... No, el siempre fue algo mas generoso… ¿la paz mundial?, ¿el fin del hambre?...Eso estaría bien, pero pensó que eran cosas que la humanidad debía conseguir por si sola. Sin ninguna especie de intervención mágica…

-¿tengo que pedirlos todos ahora?
-no, cuando te vaya bien, te dejo mi móvil y me das un toque cuando quieras.
-¿los genios tienen móvil? Me has dejado roto…
-siglo XXI, chaval. Esto lo hace todo más fácil.

Nuestro amigo se quedo solo con sus pensamientos. Imaginaos que podía pasar por su cabecita en esos momentos. ¿Qué pediríais? La canción dice que salud, dinero y amor. Pero el estaba sano, no andaba mal de dinero, pero tampoco sobrado. Quizás ese pudiera ser uno, pero de ese siempre estaba a tiempo. ¿Amor? En el fondo era un romántico que esperaba que su verdadero amor aparecería cuando tuviera que aparecer.

Pedro era español, y como tal sabia perfectamente que uno de los mejores sitios para reflexionar son los bares. Así que sabía por donde tenía que empezar: Al bar.
Entro en el primero que vio, pidió un cortado, y mientras se adentraba en sus propios pensamientos, no pudo evitar escuchar la conversación de dos parroquianos, uno en cada esquina de la barra, que habían decidido que para que acercarse el uno al otro, cuando era mucho mas fácil hablar mas alto.
-Este país esta hecho una mierda. – sentencio el parroquiano A
-Si.- confirmo el parroquiano B, mientras ojeaba el Marca.
-Hace falta alguien con cojones.- exclamó A
- Ajá.- fue la respuesta de B
-Si yo mandara, esto lo arreglaba en un rato.- Postulo A, entre sorbo y sorbo de un solisombra.
-Puede ser.- Concedió B.

Absorto en la vorágine intelectual que se despedía de ese centro de saber y conocimiento, Pedro vio la solución con la misma claridad que veía el apreciado solisombra.
-¡voy a ser presidente y a arreglar este país!
-muy bien, chaval.- exclamo el camarero, contagiado por el entusiasmo de nuestro futuro Presidente.- Pero antes, págame el cortado.

Salio con tal ímpetu del bar, que tuvo que volver a entrar para coger el teléfono que se había descuidado en la barra. Llamo al genio, y mientras escuchaba el tono de espera del genio, Tu te has burlado de mi, de Camela de su disco Lágrimas de amor editado en 1994 por Producciones AR , no podía dejar de decir: Quiero ser presidente, quiero ser presidente…
-Digamelon.- contesto el genio
-¡quiero ser presidente!
-vaya, que original. Concedido.


De repente, y de una manera tan ridícula de explicar que me limitare a decir que fue magia, Pedro estaba sentado en un escaño del congreso. Vestido con traje que no recordaba haber pagado, rodeado de personas que jugaban al apalabrados y a las bolitas de colores y escuchando a un señor, con pinta de cabreado, que le echaba la culpa de que estuviéramos acabando mayo y aun no hiciera calor.

-¡Porque, señor mío, cuando nosotros gobernábamos, en mayo ya se iba de manga corta y empezábamos a quejarnos del bochorno! ¡ Y es culpa suya que los españoles aun tengan que salir a la calle con chaqueta! Y yo le pregunto, ¿Qué piensa hacer, señor presidente? ¿Cómo va a arreglar esto?

Pedro, que se sentía un poco intimidado por aquel hombre que chillaba tanto, se giro hacia la persona que tenia justo al lado justo en el momento en que este hacia desaparecer cinco bolitas azules y con ellas caían una pila mas.
-oye, perdona- susurro.- es que se me ha ido el santo al cielo. ¿De que esta hablando?
-tranquilo Presi, aquí todos nos dormimos de vez en cuando. Tú lo de siempre. Que estamos haciendo progresos y que ellos nunca lo hicieron tan bien.

Nuestro presidente se levanto. Con paso firme se acerco a la zona de oradores. Y con gran firmeza dijo:
-         Estamos haciendo progresos, ustedes nunca lo hicieron tan bien.
Esta frase, cargada de significado, arranco un aplauso en la mitad de la sala, comparable a lo que habría conseguido el mismísimo Cyrano de Bergerac.

-pero no estoy aquí para esto.- exclamo cuando la ovación empezó a remitir.- ¡Estoy aquí, para arreglar las cosas!

El silencio fue sepulcral.

-¿Perdón? Me lo repite.- pregunto una voz.
- Voy a arreglar el país.

Nunca en esa sala se vio un revuelo como el que se formo a continuación.
-¡Pero que dice ese loco…!
-¡¿es que esta borracho…?!
-¡pues yo el coche oficial no lo suelto…!
-¡nos quiere dejar sin trabajo!
-aquí pongo buñuelo, palabra doble y la ñ en la casilla de letra triple…
-¡ es que nadie piensa en los niños…!
- ¡que tengo al chaval estudiando en Londres! ¿Que espera? ¿Que lo pague yo?

La voz de la persona que antes se quejaba del frío en mayo se oyó mas que las demás:
-¡Propongo una moción de censura inmediata!
-¡se acepta!- gripo el presidente de la camara.- ¿votos a favor de echar a este insensato?

Fue unánime. La cámara al completo, o mas bien los que estaban, que no eran muchos, decidieron que no podían permitir un presidente que quisiera arreglar el país.
El presidente de las cortes admitió que no era del todo legal, pero que no podían permitir semejante insulto a los estamentos. Y dado que allí mandaban ellos…

Ese fue, quizás, el mandato mas corto de la democracia.

Cuando, el ahora expresidente, Pedro salio por la puerta de atrás del congreso, entre insultos y abucheos de rivales y compañeros, notaba la ira naciendo dentro de el…
-         No caigas en la ira.- pesaba.- la ira lleva al lado oscuro… ¡A tomar por el culo!

Llamo otra vez al genio. Y la rabia y la frustración crecían en su interior mientras escuchaba Tu te has burlado de mi, de Camela de su disco Lagrimas de amor editado en 1994 por Producciones AR.

-Digamelon…
-¡Genio! ¡A tomar por culo la bicicleta! ¡Quiero pasarme el resto de mi larga vida,  siendo joven, con dinero a espuertas, rodeado de modelos y follando hasta que reviente! ¡Ah, y que no falten las drogas y quiero vivir en una mansión exageradamente grande, con casinos y furcias…!

-Esto es lo deberías haber pedido desde un principio. Concedido.


domingo, 3 de febrero de 2013

PERSPECTIVAS



CAPITULO  I

El despertador sonó a las siete, como cada mañana, pero ese día simplemente lo pare y seguí durmiendo. No me apetecía ir a trabajar.

Desperté sobre la diez y media y sabia  que tendría que estar trabajando, pero es que simplemente no me importaba y no me apetecía ir. Ni por un momento pensé en que necesitara el trabajo, en llamar para excusarme o simplemente inventarme alguna excusa de por que no había ido. Era solo que no me importaban las consecuencias.

Fui a prepararme el desayuno, y en la puerta de la nevera estaban los resultados de la analítica que me había hecho unos días antes.  Decía que tenía el colesterol  demasiado alto y que tenía que hacer régimen, pero aunque lo leí mientras habría el frigorífico, mi desayuno consto en huevos fritos con jamón, un par de tostadas con nocilla de segundo y un café con leche.

Recuerdo calentar la leche para el café y ¿como comprobé si la leche estaba lo bastante caliente?: simplemente metí el dedo en el cazo. SI, estaba caliente, demasiado caliente. Me abrase el dedo, pero me pareció la manera mas rápida de saber la temperatura.  Mientras me ponía una pomada analgésica en la mano, pensé en la estupidez que había hecho y en como era posible que no hubiera previsto lo que podía pasar.

Después de desayunar me asome a la ventana de mi piso a fumarme un cigarrillo del paquete que tenia en la mesita, el cual hacia año y medio que no tocaba. No me importaba fumar. Allí asomado, vi que se me había caído una pinza de tender, estaba en la chapa de aluminio que pusieron encima de cada ventana en la ultima reforma del edificio, y que servia de tejadillo para la ventana. Decidí recuperarla, así que salte de mi ventana y camine por esa chapa para recuperarla. Querría comentar que vivo en un séptimo, pero me pareció que esa pinza era mía y que debía recuperarla. Así que simplemente la recogí, volví a entrar en mi casa y la coloque en su sitio. Misión cumplida.

También pensé en el tema del trabajo. Era plenamente consciente de que necesitaba el trabajo, de que tenia deudas que pagar, de que no esta la cosa para ir faltando al curro…
Pero es que simplemente: no me apetecía.

Bastante confundido, quise salir a la calle a que me diera el aire. Quizás un poco de sol en la cara me espabilara.

Cruce la carretera obligando a dos coches a frenar de golpe, pitarme e insultarme con bastante afán. No me di cuenta de que estaba en pijama y zapatillas hasta que un hombre paso a mi lado llamándome loco. Y al pasar la lado de una muchacha muy guapa, simplemente levante las manos y le agarre las tetas, lo que me costo una enorme retahíla  de insultos y que me cruzaran la cara.

Me quede quieto, y me senté. Donde estaba. Eso fue en medio de la acera, apoyado en un árbol. Intentaba entender mi comportamiento, que diferencia había entre como me había acostado, como una persona normal y me había levantado como alguien que no tenia en cuenta las consecuencias de sus actos…
¡Eso es! ¡Ahí estaba la cosa! Era consciente de las posibles consecuencias de mis actos, pero solo después de hacerlos, no las predecía, no me planteaba que podía pasar.

No tenía miedo.

El sentimiento de miedo no estaba en mi cabeza. Cuando se piensa en el miedo, se piensa en  el pánico, en el miedo atroz que te paraliza por estar en un sitio alto, o en un sitio cerrado, o delante de un loco con un cuchillo. Pero el miedo y la prudencia van muy de la mano. Cruce sin mirar porque no tenía miedo de que me atropellaran. Manosee a aquella chica porque no tenía miedo a las represalias, y estaba sentado en pijama y zapatillas en medio de la calle porque no tenía ningún miedo a lo que la gente pudiera decir de mí.
Vale, tenia claro lo que me pasaba. ¿Y ahora, que?

La parte buena es que, al carecer de miedo no pude entrar en shock y no tuve el más mínimo problema en tratar este curioso caso que me acontecía con la mayor sangre fría.

Lo principal: supervivencia. No me daba miedo la muerte, pero no me apetecía morirme. Así que tenia que tener presente todas las acciones cotidianas que podían resultar peligrosas, como por ejemplo cruzar la calle sin mirar, o salir a caminar por una fina chapa, por recuperar una pinza.

Decidí que lo mejor por el momento seria volver a casa.

viernes, 7 de septiembre de 2012

A QUIEN MADRUGA...



No me gusta madrugar.

Simple y llanamente. No me gusta madrugar, y entiendo por madrugar el hecho de que suene el despertador. Me da igual que sean las cuatro de la tarde, si no te despiertas por ti mismo, si necesitas ayuda externa, sea el pi-pi-pi-pi del un reloj o alguien que te sacuda el hombro, con más o menos mimo, pero que te sacuda, estas madrugando.

Por eso intento apurar las horas de sueño todo lo que puedo. Esto es, que si tengo que estar a las ocho en un sitio y calculo que necesito  veinticinco minutos para espabilarme, arreglarme y  llegar, esa máquina de Satanás  sonara a las ocho menos veinticinco.

¿Cuál es el problema de esto? Que me veo obligado a fiarme de la suerte y de la buena voluntad de las personas que me rodean. Y aquí estriban mis dificultades de hoy. Os cuento:

Como he dicho, el cacharro ha sonado a las siete y treinta y cinco minutos. O eso me han dicho, porque yo jurare delante de dios que esa maquinita no ha sonado, lo que ha llevado a que sea mi esposa la que me ha tenido que sacudir mientras decía:  eh eh que te has dormido.

-mierda- he gritado mientras saltaba. Y creo que esa expresión resumía perfectamente el torrente de improperios, tacos y blasfemias que tenía en la cabeza. Me levante de un salto mientras ya buscaba la ropa, me vestí en más o menos unos doce milisegundos y Salí de la casa sin decir ni adiós. 

Ya tuve tiempo de decirlo cuando tuve que volver a entrar porque me había dejado en teléfono. El teléfono que siempre está encima de la mesa de la cocina. Siempre, no, siempre no, porque precisamente hoy al jodido aparatito parece que le habían salido patitas y decidió darse una vuelta por la casa.- ¡donde está el puto teléfono¡ ha sido la variante de buenos días que le he dicho a mí mujer, la cual en su infinita paciencia me responde: ¿has mirado en la mesa de la cocina? Nooo. ¡Ahí no he mirado! Tú qué crees? Pues claro que he mirado y ahí no está. ¿Dónde coño esta mi teléfono? 

Así que he recurrí a lo fácil, cogí el fijo, marque mi numero y entonces mi bolsillo trasero empezó a sonar. Mierda (otra vez lo resume todo) Salí corriendo otra vez , parándome en la puerta del ascensor y pulsando el botón unas doce veces, por algún motivo cuando tienes prisa, tu mente decide que si pulsas el botón una docena de veces el ascensor llegara antes. Pero no, el trasto tarda lo mismo, pero en cuanto llega y estaba ya casi tirando de la puerta, adivinad, No se para, sigue hacia arriba. - ¡mierda¡ (por tercera y no ultima vez) sigo esperando, todo lo que sube baja, a ver si me recoge a la bajada. Pues no, el trasto pasa de largo. Su puta madre, y vuelvo a pulsar otra docena de veces mientras pensaba: un viaje para subir a por el payaso de arriba, otro para bajar al payaso a la calle y otro para recoger al payaso que os habla.

Consigo legar a la calle, y un pensamiento pasa por mi cabeza: tengo hambre. No hay problema paso por la panadería y compro algo. Me pongo a la cola de la panadería  y comienzo a buscar dinero en los bolsillos. Ni un duro. Mierda. Dejo la cola y voy al cajero de enfrente, donde hay una señora de cierta edad, teniendo unos problemas con el cajero. ¿No va a tener problemas? 

-¡Señora, está metiendo loa tarjeta al revés!
-gracias hijo, a ver si esta va mejor…
-señora, eso es la tarjeta del DIA.
-huy, es verdad, es que siempre viene mi hijo para esto, pero ahora se ha ido de viaje a Marruecos y tengo que comprar comida para el perro que me ha dejado, que siempre es muy bueno, pero a mí me torea y no para de ladrar…

No me lo podía creer. ¿De verdad? La deje con la palabra en la boca y me marche al cajero de al lado donde un hombre parecía que estaba actualizando la libreta, termino justo cuando me comentan que el perro tiene todas la vacunas menos una. Me importa una mierda cual le falta.

Saque 50 euros y volví a la panadería a buscar un puto cruasán, a estas alturas ya ponía el adjetivo puto a todos los sustantivos que se me ocurrían. Pido un puto croissant y le doy el puto billete de 50 euros:

-huy, no tengo cambio.
¿Hola? Esto es un puto negocio, como que no tienes el puto cambio, ¿Qué hacemos con el puto croissant? 

Ve a buscar cambio y vuelves…

Señora, váyase usted, el croissant y su puta madre al parque. Soy el tío que todas las mañanas le compra un croissant. ¿De verdad no me lo fía hasta mañana? 

Déjelo, ya pasare hambre por su culpa…

Llegue al parking, y no encontraba las llaves del coche. –! Venga ya! , a, no, espera están aquí. Y deje de sentir el sudor frio en la espalda. Me subí al coche pensando que seguro que pillaría un atasco, cuando empiezo a pitar: pi-pi. Carburante bajo. Mierda (creo que van cuatro). Pues este llega aunque sea a empujones…

viernes, 20 de abril de 2012

TRES PALABRAS PARA LA DESGRACIA


Todo mi mundo se vino abajo cuando aquel hombrecillo flacucho y medio calvo me miro y me dijo:
-Tiene usted sobrepeso
Tres palabras, no hicieron falta más de tres palabras para convertirme en un marginado, un paria social, un  componente de esa parte de la sociedad marginada y despreciada por sus semejantes. 

¿Cómo había llegado a esto? Es cierto que me gusta comer;  y donde esté un buen entrecot que se quiten las barritas de proteínas, o los preparados alimenticios con los que toca alimentarse en estos tiempos para poder ser uno de los elegidos de Dolce y Gabbanna o Ralph Laurent, o cualquier nuevo gurú del saber estar y de la belleza física absoluta y perfecta.
Se acabó desayunar un par de tostadas con mantequilla y mermelada, se acabó la cervecita muy fría de después de trabajar. A partir de ahora todo serán endivias y pavo, espinacas y pavo, coliflor y pavo. Y si la cosa no mejora, se acabó el pavo.

Comeré lechuga aliñada con agua, zanahorias y habichuelas, y todo esto mientras rezo para que no se me ponga cara de conejo, porque si no, me daría hambre cada vez que me mirara al espejo

-Tiene usted sobrepeso- hijoputa, ya podía haber dicho sífilis, podría ir con la cabeza bien alta al tener una enfermedad que se coge por ser un big fucker, vale un big fucker imbécil, ¡pero no gordo!

¿Qué dirá mi familia? ¡¿Qué dirá mi mujer?¡ Me veré relegado a ser uno de esos tristes que ya no puede ir al pull and bear , porque usa una talla 42, virgen santa, una 42. ¿Qué clase de engendro soy? ¡Me veré obligado a comprarme pantalones en una tienda de barrio! ¡De barrio! Que falta de glamour…

Bueno, bueno. Mantengamos la calma, no es tan grave, todo tiene solución. Cada vez que pongo la radio o la tele están anunciando algún producto maravilloso y milagroso para perder peso sin pasar hambre, sin esfuerzo ninguno y sin dejar de comer tocino y chocolate, un producto mágico  para volver a la normalidad, para ser uno más, para poder mirar a la gente a la cara y decir ¡Si, soy uno más! ¡No me abandonéis! ¡Volved a dirigirme la palabra! ¡A tener en cuanta mi opinión, a ser respetado y querido por mis semejantes!

Haré todo lo necesario, me mataré de hambre, vomitaré lo que coma y pasaré tres o cuatro horas diarias haciendo deporte. Haré todo lo necesario para perder esos dos kilos que me separan de la sociedad civilizada, que me hacen estar en el extrarradio de la felicidad, que me obligan a mirar con envidia y admiración a todos los que me rodean.

Pongo a Dios por testigo que no dejaré que esos dos mil gramos de grasa me transformen, soy una persona cuerda y normal que no se deja avasallar por las bofetadas del destino. Juro por lo más sagrado que Christian Dior estaría orgulloso de mí.

martes, 21 de febrero de 2012

ESTAMOS AHÍ

¿Hola?... ¿hola? ¿Estas ahí?

Si, si que estas. Siempre hay alguien, si no eres tu será algún otro. Igual que siempre hay uno de nosotros. Es más, si no yo, algún otro como ya ha estado contigo. No contigo, perdón, dentro de ti.
Tu no me conoces, no a mí personalmente, pero sabes perfectamente quien soy, sabes de mi desde que eras pequeñito.

Soy de las primeras cosas de las que te protegen. Tus padres ya se preocupan de que no nos acerquemos a ti, te protegen con mantitas muy monas y con graciosos gorritos, pero créeme no sirve de nada.

Fuimos de los primeros seres que poblaron este planeta y continuaremos cuando ya no quedéis ninguno. Intentáis ponérnoslo difícil, pero tenemos una gran virtud, que también es vuestro mayor temor. Nos adaptamos, evolucionamos y cambiamos a una velocidad que os supera. Nuestra visa es corta, pero nuestras generaciones se suceden mucho más velozmente que vosotros. En una generación tuya, han vivido y perecido millones de las mías. La evolución se mide en tiempo, pero también se puede medir en generaciones.

Somos muchos y de muchas clases. Somos débiles y somos intratables. Somos fugaces y somos perennes. Algunos morimos simplemente por tocar el aire que respiráis y otros sobrevivimos en el vacío. Viajamos de uno de vosotros a otro por contacto, por fluidos, a veces solo necesitamos que esteis cerca uno de otro y vuestra respiración hace el resto. Os ponéis ropas gruesas y con mascarillas. ¿De vedad creéis que podéis pararnos?

Creéis tenernos controlados, tenernos debilitados. Si, puede que hayáis encontrado la manera de frenarnos con eso que llamáis antibióticos, vuestro Dios los maldiga, pero recordad lo que os he dicho: Nos adaptamos.

Seguid por favor, seguid tomando, tragando toda esa basura, pero como generalmente lo hacéis, solo lo bastante para debilitarnos, no para eliminarnos. Solo lo bastante para que parezca que nos hemos ido, pero seguimos ahí, aprendiendo y resurgiendo. Lo mejor, es que cada vez que nos encontramos con estos antibióticos, nosotros podemos mutar y eliminarlo. ¿Podéis vosotros crear mas así de rápido? ¿Creéis que podéis ganar esta carrera? Ya os hemos diezmado en el pasado, gripe española, peste negra, viruela… Y tantas que quedan por venir…

Nos odiáis y nos teméis y aun así, vosotros mismos sois capaces de crear nuevos hermanos en laboratorios, para lanzarnos contra vuestros congéneres. Nos habéis utilizado, en la ficción, hasta para derrotar amenazas de otros planetas. ¿De verdad creéis que necesitáis ayuda exterior para hundíos? Si no lo hacéis vosotros, lo haremos nosotros. Nos sobra paciencia, sabemos esperar.

Sabemos esperar…ç

jueves, 2 de febrero de 2012

UNA PEQUEÑA HISTORIA DE RAMON EL SALMON

Hola, me llamo Ramón y soy un salmón.

Quizás si fuera un canguro me llamaría Arturo o si fuera un canario me habrían puesto Mario, pero al ser un salmón, ¿Como me iba a llamar?

Bueno, esta es una pequeña historia de mi vida, la parte interesante, porque, quieras que no, soy un pez y tampoco tengo gran cosa que decir. La parte que sale en los documentales de la tele, la parte en la que remontamos un río para reproducirnos.

¿Os parece raro?, ¿Os preguntáis porque lo hacemos?

Pensad, no es tan raro. Recordad la funcionalidad de las "escapadas románticas". Gente que se va de viaje a Paris para ver la ciudad.

Mentira.

La gente va a follar. Lo del turismo es solo una excusa, ¿que tiene de romántico el turismo? Veamos, pateadas de varios kilómetros, colas interminables para ver museos mucho peores que los que tienes cerquita de casa, suponiendo que vayáis a alguno o malcomer durante unos días para ahorrarse unos durillos. No compañeros, se va a follar. Pues nosotros lo mismo. Tomadlo como una escapadita, un viajecito rápido pero que de rápido no tiene nada.

Nos toca subir todo un río, un río enterito. No tenéis ni idea de lo chungo que es saltar una cascada, probadlo en la ducha a ver que tal os sale, y eso sin contar con los osos. Esta visto que ser un mamífero peludo te hace ganar muchos puntos en la opinión publica.

La culpa fue de las tiendas Natura, por poner a Yogui en la puerta, Como le vas a pillar manía a un bicho al que te abrazas justo antes de comprarte un cacharrico para poner incienso con forma de suricato.

¡Esos osos los quitaron ya!, dirá alguien con voz de niño repelente, da igual el daño ya esta hecho.

¿Que decía?

Ah si, los osos.

Miradlo así, un día decidís que cogereis a vuestra pareja y os ireis a un hotelito a tener una noche romántica, pero sabéis que en el camino os va a salir un monstruo 100 veces mas grande que tu que empezara a darte zarpazos, !Coño, pues no vas¡.

El problema es que a mi no me queda mas narices y si quieres mojar te toca arriesgarte.

Y no creáis que una vez arriba todo es una fiesta. Al fin y al cabo somos un montón de tíos soltando todo nuestro amor.

Ponte en situación, imagínate a un montos de tíos chutando a gol, créeme, a ninguno le gustaría cruzar los ojos con ningún otro en ese momento, pero a mi no me quedan mas narices porque somos un montonazo, no es que no te quieras mirar, ¡es que te estas frotando con otro! digamos que muy poco intimo.

Dicen que despues de esto morimos. Nos ha jodido, como para repetirlo estamos.

Bueno compañeros y compañeras, tengo poco mas que decir, ya he dicho que solo soy un pez, así que un saludo y recordad: pezquenines no gracias, debes dejarlos crecer.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

NO HAY PEOR SORDO...

En el mundo hay sordos.

No es noticia, desgraciadamente es así.

En el mundo hay gente que oye perfectamente.

Tampoco es una novedad, afortunadamente la gran mayoría de personas oye estupendamente.

Pero esta historia trata sobre alguien que no escucha del todo bien. Esta historia habla de Fran Dou, un hombre demasiado cabezota para darse cuenta de lo que le pasa.

Aquella mañana, como cualquier otra, Fran se despertó, bajo a desayunar y se cruzo con su mujer:

- buenos días cariño -saludo ella amablemente.

-no, no he despertado al niño - respondió extrañado Fran - el niño tiene treinticinco años y hace seis que no vive aquí. No me digas que comienzas con el Alzheimer ya, lo que nos faltaba.

Termino y salio a la calle a comprar el periódico, saludo al quiosquero de toda la vida:

- hola German.

- como esta, señor Dou?

- no German, no se que ha dicho Mou, merengon de las narices. Todavía no he leído nada.

- no, si no digo que haya leído...

-!!¡¡Bebido!! Pero que estas diciendo, yo no pruebo el alcohol por la mañana.

- es igual, no haga caso...

-¡ tu si que eres un payaso! vas a tardar mucho en volver a verme por aquí!

- mire, vamos a dejarlo...

- ¡tu padre será un guarro! Grito mientras se marchaba enfadadísimo y refunfuñaba sobre la mala educación de la juventud.

Paro en un bar en estado de alta excitación y grito al camarero

- ¡un cortado por favor!

-¿quiere la leche natural?

- ¡no, nada de agua mineral! he dicho que quiero un cortado!

-y yo que si quiere la leche fría!- dijo el camarero

-¿Sangria? pero que le pasa a todo el mundo con la bebida! Me largo de aquí ahora mismo y no pienso volver!

-Pues largo a tomar viento!

-Ni descuento ni gaitas, me largo y no vuelvo.

Volvió a su casa enfadadísimo y, gritando como un energúmeno, llamo a su mujer:

-Marta! - no hubo respuesta.

-Martaaa! - insisto a mayor volumen. Tampoco respondió nadie.

-Marta, por favor! donde narices estas?

Silencio

- Marta! es que estas sorda!

En esto apareció Marta, gritando también:

- El sordo eres tu! Te he contestado tres veces y al final he tenido que venir.

Ahora mismo nos vamos al medico que te mire el oído, que estas como una tapia!

- Al medico yo? -Respondió con extrañeza. Si oigo perfectamente!.