viernes, 31 de mayo de 2013

UNA DE GENIOS Y LAMPARAS



Érase una vez, un joven llamado Pedro, que salió a dar un paseo.

Mientras caminaba por la Rambla Marina se encontró una especie de lámpara de aceite.

-Oh dios mío, si parece una lámpara maravillosa. ¿si la froto saldra un genio?
Pues si, mira tu por donde, apareció un genio y le dijo:

-Pedro, voy a concederte todos tus deseos.
-¿Todos? Tenia entendido que solo eran tres.
-El tres es orientativo. Hombre, todos, todos, no. Unos cuantos.
-¿no puedes ser mas especifico?- Pregunto nuestro heroe.-Ajusta un poco.
-pues mas o menos, hasta que deje de interesarme el tema. Pero tranquilo, nadie pide mas de tres o cuatro, por ahí van a ir las cosas…

Pedro estaba muy nervioso. ¿Qué pedir? ¿Dinero? ¿Fama?... No, el siempre fue algo mas generoso… ¿la paz mundial?, ¿el fin del hambre?...Eso estaría bien, pero pensó que eran cosas que la humanidad debía conseguir por si sola. Sin ninguna especie de intervención mágica…

-¿tengo que pedirlos todos ahora?
-no, cuando te vaya bien, te dejo mi móvil y me das un toque cuando quieras.
-¿los genios tienen móvil? Me has dejado roto…
-siglo XXI, chaval. Esto lo hace todo más fácil.

Nuestro amigo se quedo solo con sus pensamientos. Imaginaos que podía pasar por su cabecita en esos momentos. ¿Qué pediríais? La canción dice que salud, dinero y amor. Pero el estaba sano, no andaba mal de dinero, pero tampoco sobrado. Quizás ese pudiera ser uno, pero de ese siempre estaba a tiempo. ¿Amor? En el fondo era un romántico que esperaba que su verdadero amor aparecería cuando tuviera que aparecer.

Pedro era español, y como tal sabia perfectamente que uno de los mejores sitios para reflexionar son los bares. Así que sabía por donde tenía que empezar: Al bar.
Entro en el primero que vio, pidió un cortado, y mientras se adentraba en sus propios pensamientos, no pudo evitar escuchar la conversación de dos parroquianos, uno en cada esquina de la barra, que habían decidido que para que acercarse el uno al otro, cuando era mucho mas fácil hablar mas alto.
-Este país esta hecho una mierda. – sentencio el parroquiano A
-Si.- confirmo el parroquiano B, mientras ojeaba el Marca.
-Hace falta alguien con cojones.- exclamó A
- Ajá.- fue la respuesta de B
-Si yo mandara, esto lo arreglaba en un rato.- Postulo A, entre sorbo y sorbo de un solisombra.
-Puede ser.- Concedió B.

Absorto en la vorágine intelectual que se despedía de ese centro de saber y conocimiento, Pedro vio la solución con la misma claridad que veía el apreciado solisombra.
-¡voy a ser presidente y a arreglar este país!
-muy bien, chaval.- exclamo el camarero, contagiado por el entusiasmo de nuestro futuro Presidente.- Pero antes, págame el cortado.

Salio con tal ímpetu del bar, que tuvo que volver a entrar para coger el teléfono que se había descuidado en la barra. Llamo al genio, y mientras escuchaba el tono de espera del genio, Tu te has burlado de mi, de Camela de su disco Lágrimas de amor editado en 1994 por Producciones AR , no podía dejar de decir: Quiero ser presidente, quiero ser presidente…
-Digamelon.- contesto el genio
-¡quiero ser presidente!
-vaya, que original. Concedido.


De repente, y de una manera tan ridícula de explicar que me limitare a decir que fue magia, Pedro estaba sentado en un escaño del congreso. Vestido con traje que no recordaba haber pagado, rodeado de personas que jugaban al apalabrados y a las bolitas de colores y escuchando a un señor, con pinta de cabreado, que le echaba la culpa de que estuviéramos acabando mayo y aun no hiciera calor.

-¡Porque, señor mío, cuando nosotros gobernábamos, en mayo ya se iba de manga corta y empezábamos a quejarnos del bochorno! ¡ Y es culpa suya que los españoles aun tengan que salir a la calle con chaqueta! Y yo le pregunto, ¿Qué piensa hacer, señor presidente? ¿Cómo va a arreglar esto?

Pedro, que se sentía un poco intimidado por aquel hombre que chillaba tanto, se giro hacia la persona que tenia justo al lado justo en el momento en que este hacia desaparecer cinco bolitas azules y con ellas caían una pila mas.
-oye, perdona- susurro.- es que se me ha ido el santo al cielo. ¿De que esta hablando?
-tranquilo Presi, aquí todos nos dormimos de vez en cuando. Tú lo de siempre. Que estamos haciendo progresos y que ellos nunca lo hicieron tan bien.

Nuestro presidente se levanto. Con paso firme se acerco a la zona de oradores. Y con gran firmeza dijo:
-         Estamos haciendo progresos, ustedes nunca lo hicieron tan bien.
Esta frase, cargada de significado, arranco un aplauso en la mitad de la sala, comparable a lo que habría conseguido el mismísimo Cyrano de Bergerac.

-pero no estoy aquí para esto.- exclamo cuando la ovación empezó a remitir.- ¡Estoy aquí, para arreglar las cosas!

El silencio fue sepulcral.

-¿Perdón? Me lo repite.- pregunto una voz.
- Voy a arreglar el país.

Nunca en esa sala se vio un revuelo como el que se formo a continuación.
-¡Pero que dice ese loco…!
-¡¿es que esta borracho…?!
-¡pues yo el coche oficial no lo suelto…!
-¡nos quiere dejar sin trabajo!
-aquí pongo buñuelo, palabra doble y la ñ en la casilla de letra triple…
-¡ es que nadie piensa en los niños…!
- ¡que tengo al chaval estudiando en Londres! ¿Que espera? ¿Que lo pague yo?

La voz de la persona que antes se quejaba del frío en mayo se oyó mas que las demás:
-¡Propongo una moción de censura inmediata!
-¡se acepta!- gripo el presidente de la camara.- ¿votos a favor de echar a este insensato?

Fue unánime. La cámara al completo, o mas bien los que estaban, que no eran muchos, decidieron que no podían permitir un presidente que quisiera arreglar el país.
El presidente de las cortes admitió que no era del todo legal, pero que no podían permitir semejante insulto a los estamentos. Y dado que allí mandaban ellos…

Ese fue, quizás, el mandato mas corto de la democracia.

Cuando, el ahora expresidente, Pedro salio por la puerta de atrás del congreso, entre insultos y abucheos de rivales y compañeros, notaba la ira naciendo dentro de el…
-         No caigas en la ira.- pesaba.- la ira lleva al lado oscuro… ¡A tomar por el culo!

Llamo otra vez al genio. Y la rabia y la frustración crecían en su interior mientras escuchaba Tu te has burlado de mi, de Camela de su disco Lagrimas de amor editado en 1994 por Producciones AR.

-Digamelon…
-¡Genio! ¡A tomar por culo la bicicleta! ¡Quiero pasarme el resto de mi larga vida,  siendo joven, con dinero a espuertas, rodeado de modelos y follando hasta que reviente! ¡Ah, y que no falten las drogas y quiero vivir en una mansión exageradamente grande, con casinos y furcias…!

-Esto es lo deberías haber pedido desde un principio. Concedido.


domingo, 3 de febrero de 2013

PERSPECTIVAS



CAPITULO  I

El despertador sonó a las siete, como cada mañana, pero ese día simplemente lo pare y seguí durmiendo. No me apetecía ir a trabajar.

Desperté sobre la diez y media y sabia  que tendría que estar trabajando, pero es que simplemente no me importaba y no me apetecía ir. Ni por un momento pensé en que necesitara el trabajo, en llamar para excusarme o simplemente inventarme alguna excusa de por que no había ido. Era solo que no me importaban las consecuencias.

Fui a prepararme el desayuno, y en la puerta de la nevera estaban los resultados de la analítica que me había hecho unos días antes.  Decía que tenía el colesterol  demasiado alto y que tenía que hacer régimen, pero aunque lo leí mientras habría el frigorífico, mi desayuno consto en huevos fritos con jamón, un par de tostadas con nocilla de segundo y un café con leche.

Recuerdo calentar la leche para el café y ¿como comprobé si la leche estaba lo bastante caliente?: simplemente metí el dedo en el cazo. SI, estaba caliente, demasiado caliente. Me abrase el dedo, pero me pareció la manera mas rápida de saber la temperatura.  Mientras me ponía una pomada analgésica en la mano, pensé en la estupidez que había hecho y en como era posible que no hubiera previsto lo que podía pasar.

Después de desayunar me asome a la ventana de mi piso a fumarme un cigarrillo del paquete que tenia en la mesita, el cual hacia año y medio que no tocaba. No me importaba fumar. Allí asomado, vi que se me había caído una pinza de tender, estaba en la chapa de aluminio que pusieron encima de cada ventana en la ultima reforma del edificio, y que servia de tejadillo para la ventana. Decidí recuperarla, así que salte de mi ventana y camine por esa chapa para recuperarla. Querría comentar que vivo en un séptimo, pero me pareció que esa pinza era mía y que debía recuperarla. Así que simplemente la recogí, volví a entrar en mi casa y la coloque en su sitio. Misión cumplida.

También pensé en el tema del trabajo. Era plenamente consciente de que necesitaba el trabajo, de que tenia deudas que pagar, de que no esta la cosa para ir faltando al curro…
Pero es que simplemente: no me apetecía.

Bastante confundido, quise salir a la calle a que me diera el aire. Quizás un poco de sol en la cara me espabilara.

Cruce la carretera obligando a dos coches a frenar de golpe, pitarme e insultarme con bastante afán. No me di cuenta de que estaba en pijama y zapatillas hasta que un hombre paso a mi lado llamándome loco. Y al pasar la lado de una muchacha muy guapa, simplemente levante las manos y le agarre las tetas, lo que me costo una enorme retahíla  de insultos y que me cruzaran la cara.

Me quede quieto, y me senté. Donde estaba. Eso fue en medio de la acera, apoyado en un árbol. Intentaba entender mi comportamiento, que diferencia había entre como me había acostado, como una persona normal y me había levantado como alguien que no tenia en cuenta las consecuencias de sus actos…
¡Eso es! ¡Ahí estaba la cosa! Era consciente de las posibles consecuencias de mis actos, pero solo después de hacerlos, no las predecía, no me planteaba que podía pasar.

No tenía miedo.

El sentimiento de miedo no estaba en mi cabeza. Cuando se piensa en el miedo, se piensa en  el pánico, en el miedo atroz que te paraliza por estar en un sitio alto, o en un sitio cerrado, o delante de un loco con un cuchillo. Pero el miedo y la prudencia van muy de la mano. Cruce sin mirar porque no tenía miedo de que me atropellaran. Manosee a aquella chica porque no tenía miedo a las represalias, y estaba sentado en pijama y zapatillas en medio de la calle porque no tenía ningún miedo a lo que la gente pudiera decir de mí.
Vale, tenia claro lo que me pasaba. ¿Y ahora, que?

La parte buena es que, al carecer de miedo no pude entrar en shock y no tuve el más mínimo problema en tratar este curioso caso que me acontecía con la mayor sangre fría.

Lo principal: supervivencia. No me daba miedo la muerte, pero no me apetecía morirme. Así que tenia que tener presente todas las acciones cotidianas que podían resultar peligrosas, como por ejemplo cruzar la calle sin mirar, o salir a caminar por una fina chapa, por recuperar una pinza.

Decidí que lo mejor por el momento seria volver a casa.