miércoles, 14 de diciembre de 2011

LOS GIROS QUE DA LA VIDA

LOS GIROS QUE DA LA VIDA

Aquella mañana parecía como cualquier otra, yo estaba tranquilamente tomando el solete, cuando de repente aparece un tío con un palo muy largo y comienza a darnos estacazos.

Nos quedamos a cuadros, recibimos una buena paliza y acabamos todas por el suelo, asustadas y sin saber que narices pasaba.

Nos mirábamos unas a otras sin entender nada cando empezaron a recogernos y a meternos en sacos. Queríamos gritar, pero al no tener boca se nos presentaba un problemilla.

Pues eso, que nos meten en sacos y nos llevan a una casa enorme donde nos duchan con agua a presión. No me molesta el agua, pero prefiero cuando cae del cielo suavemente.

Nos tuvieron en vinagre una buena temporada. ¿Sabes lo desagradable que eso? No te quitas el olor en la vida y te pone de muy mala leche, de ahí eso de que se te avinagra el carácter.

Cuando nos sacaron de ahí creía que nada peor podía pasar, pero pasó. Tengo un solo hueso en todo mi cuerpo, uno solo, por lo que le tengo cierto cariño y esos cabrones me lo sacaron y encima van, y me meten dentro un trozo de anchoa. ! ¡De anchoa! Imagínate que yo te cojo, te quito el esqueleto y te meto una merluza por el culo. ¿Te haría gracia? pues a mi tampoco.

Escuche a un par de humanos hablando de que harían con nosotras y, sabiendo las opciones, rece para acabar nadando en un mar de ginebra y poder olvidar mis penurias en alcohol, pero la mala suerte me acompaña.

Ahora vivo en una vitrina de bar, empalada con una cebolleta, un pepinillo y una anchoa, parece que con la que llevo dentro no basta, esperando servir como acompañamiento a una cerveza o algún tipo de refresco gaseoso.

No hay comentarios: